lunes, 14 de noviembre de 2011

Mundo...mundo...

El mundo es un lugar. Un gran lugar, lleno de grandes virtudes tales como la felicidad, la alegría, la valentía, el coraje, la perseverancia, el honor....pero es también un lugar lleno de lacras como la tristeza, el llanto, la cobardía, la rendición....El problema del mundo es la estupidez que en él reina. Seamos sinceros y miremos alrededor. Nos rodea gente estúpida. No en cuanto a conocimientos, no en cuanto a sabiduría se refiere, sino en cuanto a manera de actuar. Gente que se rinde por insignificantes hechos como una ruptura amorosa o cosas de ese estilo. El problema no es que se sientan mal por ello, el problema es su falta de voluntad. Yo no soy actualmente feliz, pero no me rindo. En la voluntad está la virtud. Si tú quieres estar bien, llegará el día en el que lo estarás. Si por el contrario te encierras en tu propio universo te convertirás en un esclavo de tus actos (puesto que no aprenderás a ser feliz) y en un prisionero de tus sentimientos (pues está claro que serán ellos los que te encerrarán en esa prisión de carne y hueso que tenemos por cuerpo). Como bien he dicho antes, la manera para afrontar los problemas son las grandes virtudes. Yo contemplo nueve, puesto que el odinismo así las distingue, que considero son las correctas para afrontar la vida: Honor, coraje, verdad, fidelidad, laboriosidad, confiar en ti, hospitalidad, disciplina y perseverancia. Difíciles de aplicar, pero una buena guía para la vida. Comete errores, pero que sean porque no has sabido más, no porque decidiste que te plantabas. No te conviertas en un estúpido, en un cobarde, sé tú mismo, con fuerza renovada...

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