sábado, 12 de noviembre de 2011

Extraño escrito...

Quizá seas incapaz de entender esta historia. Puede que no seas capaz de ver más allá en las palabras que escribiré. Es posible que tu mente no sea suficientemente hábil como para captar cuándo, cómo y por qué esta historia tiene su relevancia dentro del mundo, aunque pocos de nosotros seamos capaces de verlo. Pero no te voy a pedir que la entiendas. Ni siquiera que lo intentes. Sólo te pediré que la leas con los 5 sentidos puestos en la lectura y que trates de no morir después de leerla. Es tu única obligación.
Ahí va….
Un hombre de nacionalidad, edad e identidad desconocida vivía en un pequeño pueblo dónde lo más importante era el surrealismo. Y, ¿por qué? Te preguntaras. Pues bien, este hombre era hijo de la oscuridad y la tristeza, vivía para deprimir a los demás, y nadie escapaba a su tiranía, pero todo lo que sube, baja y en su caso no fue menos… pues ¿cuál es el mejor remedio a la tristeza? Simplemente la felicidad. Una mujer, también de localidad, edad e identidad desconocida representaba la alegre felicidad. Y fue la causante de la herida mortal del hijo de la tristeza, pues el hijo de la tristeza quedó rápidamente subyugado a esta mujer, pues se enamoró. Su tristeza fue creciendo con el tiempo, pero no así su habilidad de transmitirla perdiendo así una de sus facultades malévolas. Pues bien, con el tiempo, la felicidad se enamoró de la tristeza. Formándose así la felicidad y desapareciendo la tristeza…pero al desaparecer la tristeza el hombre murió, pues la tierra ya no le necesitaba y fue tragado por las entrañas de ésta.
Cuenta la leyenda, que aún se puede ver el fantasma de la tristeza rondando sobre la faz de la tierra…si la felicidad eres tú..
¿Quién soy yo?

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